La Universidad Francisco de Vitoria y su apoyo a los jóvenes emprendedores – Entrevista
La universidad es esa etapa en la vida de las personas en las que emplean cuatro, cinco, seis años de su vida para formarse y encontrar un trabajo que satisfaga sus expectativas. Normalmente, la idea de la gran mayoría de estudiantes es la de encontrar un empleo estable, trabajando en una empresa y, por lo tanto, para otra persona, olvidando que hay otras alternativas igualmente atractivas como, por ejemplo, el emprendimiento.
Desde la Universidad Francisco de Vitoria están concienciados con la importancia de formar, no solo profesionales, sino también emprendedores. Por ello es que hace unos años nació el Centro de Emprendimiento de la UFV. Para darle apoyo a este centro y a los proyectos que salen de aquí, cuentan con la colaboración de la Red de Inversores de la UFV, desde donde se presta un servicio de consultoría e inversiones para contribuir a la creación de un tejido empresarial sostenible y responsable.
Ramón Fernández de Caleya Dalmau es el director del Centro de Emprendimiento y Pablo Jimeno es el director de la red de inversores. Ambos visitan los estudios de Mundo Emprende para explicar más en profundidad en qué consiste esta iniciativa y cómo aportan su granito de arena para formar e impulsar proyectos de emprendimiento.
Índice
¿Por qué nace el Centro de Emprendimiento de la Universidad?
El Centro de Emprendimiento nace «por una necesidad demandada por los alumnos y por la sociedad». Una encuesta realizada por la universidad concluyó que la intención emprendedora de sus alumnos es del 42%, una cifra tan elevada como positiva. Esto implica que, en cualquier momento de su vida profesional, un alumno quiere probar a desarrollar su propio proyecto. Sin embargo, estos datos hay que tomarlos con cuidado puesto que la intención no implica que finalmente el alumno en cuestión se lance a la aventura.
Las universidades tienen la obligación de formar a sus alumnos de todos los grados y enseñarles todas las salidas que tienen a su disposición, o al menos así lo considera Ramón: «Estamos obligados, desde cualquier ciencia que estudien, a formarles para que tengan esa inquietud, esa creatividad y esas ganas de hacer cosas por ellos mismos».
¿Cómo funciona la asociación?
La UFV está tratando de crear un ecosistema que permita que la intención de emprender se materialice. Pero para materializar esa intención es necesario gasolina que, en la mayoría de ocasiones es el capital. A través de la Red de Inversores se ha creado un fondo de coinversión para apostar por proyectos emprendedores que salgan del Centro de Emprendimiento.
Para fomentar este emprendimiento, en cualquier caso, no vale únicamente con las buenas intenciones de la universidad, sino que también es necesario que el gobierno que esté al mando ponga facilidades y así fomente esa inquietud emprendedora.
Esta simbiosis entre ambas áreas pretende ir más allá de la creación e impulso de startups. Pretende tener capacidad innovadora e intraemprendedora de los estudiantes. Y los datos avalan el funcionamiento del Centro de Emprendimiento. «El año pasado pasaron por nuestros cursos, eventos, talleres y seminarios más de 500 personas», comenta Ramón.
El acompañamiento a los proyectos
A la hora de iniciar un proyecto, como ya sabemos, es relevante no solo el dinero, sino también la parte que se encarga del mentoring y acompañamiento de los mismos por parte de expertos.
Por ello, desde la universidad han creado también una red de Business Mentors para que los alumnos tengan un acompañamiento desde el inicio hasta el final. Lo importante es que los alumnos generen ideas pero que, además las desarrollen.
Los inversores en la universidad
A la hora de invertir en un proyecto es necesario estudiar la rentabilidad potencial del mismo. En un entorno universitario, quizás los inversores puedan ser más escépticos a la hora de emplear su dinero. No obstante, cada proyecto tiene su inversor porque «los factores para invertir en un proyecto no son solo rentabilidad».
Dentro de la Red de Inversores existen Family Offices, Business Angels, empresas interesadas en comprar para gestionar otras empresas, inversores que no quieren tener el dinero en el banco porque no les sale rentable, etc. Todos para invertir en los proyectos que se van creando. Para Pablo, además, es importante considerar lo que ha cambiado el mundo de las inversiones en la última década: «Lo que ha cambiado de 10 años para acá es que invertir está al alcance de cualquiera».